Cuando vieron cuan hondo era el hoyo le dijeron a las dos ranas que se debían dar por muertas.
Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas.
Las otras seguían
insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles.
Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomó y murió.
La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible.
Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacía señas para que dejara de sufrir y que, simplemente, se dispusiera a morir, ya que no tenía sentido seguir luchando.
Pero la rana saltó cada vez con más fuerzas hasta que finalmente logró salir del hoyo.
Cuando salió, las otras ranas le dijeron: "nos da gusto que hayas logrado salir, a pesar de lo que te gritábamos".
La rana, que sabía leer los labios, les explicó que era sorda, y que con tanto aturdimiento, pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.
Es increíble el poder que tiene la palabra. En este caso hemos visto que puede significar la vida y la muerte. Una palabra de ánimo, de aliento, puede ayudar a alguien a remontar una enfermedad, un problema emocional o del tipo que sea.
En cambio, una palabra negativa a alguien que está atravesando un mal momento puede suponer que abandone definitivamente.
Vale la pena reflexionar un momento sobre esto y tomar conciencia de ese poder que tiene de crear o de destruir.
Ahora que todo parece que va mal esta lección es más necesaria que nunca.
Dicen que en la NASA hay un póster con una abeja y debajo pone:
"Aerodinámicamente, el cuerpo de una abeja no está hecho para volar; lo bueno es que la abeja no lo sabe".
Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomó y murió.
La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible.
Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacía señas para que dejara de sufrir y que, simplemente, se dispusiera a morir, ya que no tenía sentido seguir luchando.
Pero la rana saltó cada vez con más fuerzas hasta que finalmente logró salir del hoyo.
Cuando salió, las otras ranas le dijeron: "nos da gusto que hayas logrado salir, a pesar de lo que te gritábamos".
La rana, que sabía leer los labios, les explicó que era sorda, y que con tanto aturdimiento, pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.
Es increíble el poder que tiene la palabra. En este caso hemos visto que puede significar la vida y la muerte. Una palabra de ánimo, de aliento, puede ayudar a alguien a remontar una enfermedad, un problema emocional o del tipo que sea.
En cambio, una palabra negativa a alguien que está atravesando un mal momento puede suponer que abandone definitivamente.
Vale la pena reflexionar un momento sobre esto y tomar conciencia de ese poder que tiene de crear o de destruir.
Ahora que todo parece que va mal esta lección es más necesaria que nunca.
Dicen que en la NASA hay un póster con una abeja y debajo pone:
"Aerodinámicamente, el cuerpo de una abeja no está hecho para volar; lo bueno es que la abeja no lo sabe".
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